jueves, 10 de junio de 2010





¿En dónde están los corderos colombianos?

Me pregunto ¿qué pasó con esas deliciosas piernas y costillitas de cordero colombiano? De un tiempo para acá son muy difíciles de encontrar. Todo el cordero en los supermercasos es traído inmensamente caro, de Chile o Argentina.
Y así nos está pasando con todo. Esas cabezas de ajo en tonos morados y lilas, de olor fuerte y difíciles de pelar ya no se encuentran, sólo vemos los ajos blancos chinos. Sí, los ajos son traídos desde china. Pronto no vamos a poder encontrar queso colombiano, porque todos van a ser europeos y competir con productos subvencionados es imposible. Olvidémonos del quesillo envuelto en hoja de plátano, que al partirlo sale en hilachas de varias capas. ¡Qué delicia!
Pero bueno, hoy quiero ocuparme del cordero. De la mar el mero y del monte el cordero y así debe ser, salvo para nosotros los colombianos porque algunos políticos economistas, aperturistas, decidieron que es mejor que no sembremos café, ni ajo, ni nada. Ni criemos nada, ni hagamos zapatos, ni nada. Esta semana en la plaza de mercado en Faca, en un puesto vendían zapatos de tacón, última moda y color variado, a 10 mil y 5 mil pesos. ¡Mejor todo traído, así sea perrata!
Pero, mejor sigamos con lo del cordero. Nunca olvidaré la mesa el 25 de diciembre donde mi mamá. Llegaba el que quería y llevaba a quien quisiera (éramos ricas en esa época). El vino en los botellones disminuía y aumentaba por momentos, y el olor de carne al horno ahogaba el del pino que adornaba los floreros. Niños corrían de lado a lado buscando pilas, arrastrando papeles de regalo y cintas rojas y verdes. Y claro está, la maravillosa Ella Fitzgerald a todo volumen imponía el ritmo del paso y la conversa se acaloraba con el chispear de la chimenea.
Mamá pelaba las piernas quitándoles con bisturí esa piel transparente que las cubre. Profundo al lado del hueso con un punzón insertaba astillitas de ajo para quitarle el almizcle al cordero. Amasaba las piernas con aceite de oliva virgen, romero y ajo. Después las introducía en bolsas plásticas por un par de horas en la nevera. Entonces las sacaba de las bolsas y las enharinaba con harina, sal y pimienta. Y al horno fuerte en broil para que doren por lado y lado, luego a temperatura media hasta que lleguen al término deseado. ¡Y a comer esa maravilla!
No sé porqué estoy hablando de navidad por estos días de junio, será que me hace falta mi mamá, o tal vez me hacen más falta sus patas de cordero colombiano.

viernes, 4 de junio de 2010


Farewell

Just few letters
would have formed the puzzle
with no verb, nor noun, or pronoun,
and one after the other,
they could have shaped a sound,
a murmur, mumble,
mutter, or a rustle.
The swish of a clean lean stream,
a gurgle of near by brook.
A whine, a wheeze, a cry.
The babble ripples make
when a pebble tumbles in a well.
A moan, a whisper or a hum.
Or just a sigh that hissed
Goodbye.

miércoles, 2 de junio de 2010

Mentirillas, pillas.
Hoy, 2 de junio de 2010, a medio día, Julio Sanchez informó en la W radio, que en ese instante Juan Manuel Santos estaba firmando la venta de sus acciones al grupo Planeta.
¿Se acuerdan de que desde hace rato Santos viene asegurando envalentonado que ya no tiene acciones en El Tiempo? Mentirillas, porque hasta apenas hoy las vendió. Se esperó al resultado de las elecciones para vender (si es que sí vendió).
Ver este informe:

http://www.colombiaelige2010.com/noticia/juan-manuel-santos-asegura-que-vendio-totalidad-de-sus-acciones-en-el-tiempo