miércoles, 16 de marzo de 2011

¡Qué plantas tan bonitas!


El reactor nuclear lo habían pintado con nubecitas blancas sobre un fondo de cielo azul. ¡Qué plantas tan bonita! -pensarían cuando inauguraron la terrorífica planta. La pintura era precisamente para que los Fukushimenses se sintieran tranquilos de tener en su pueblo esos edificios tan lindos, como bloquesitos de juego para niñitas de jardín infantil.
                                                         Fotos El Tiempo. Reuters
Ayer en la CNN, un científico Japonés muy serio dijo que sí, que creían tener los reactores controlados. Pero no es así y todos lo sabíamos desde un principio. Para  mantenerle la temperatura baja al reactor, le tuvieron que echar agua de mar porque sin energía no tenían manera de bombearle agua dulce. El problema es que el agua salada  va a corroer esos extraños tubos que guardan allá adentro y de a pocos se van a oxidar hasta que la radioactividad se empezará a escapar.
Aunque estas plantas no estén funcionando, de todos modos hay que bajarles la temperatura porque eso que tienen encerrado, sigue vivo allá adentro. Es como un monstruo salvaje que se niega a morir y si no se alimenta se enfurece y se sale a darle muerte a quien encuentre a su paso. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y hace cuanto tiempo te graduaste de ingeniera nuclear? Vaya, vaya

Unknown dijo...

Son unos héroes los que están trabajando dentro de las plantas nucleares. ¿Qién quisiera estar allí adentro? Con seguridad morirán antes de dos años. Regresemos a las plantas de carbón (del Cerrejón o de la Drumond)

Alexandra dijo...

Anónimo: Pues propiamente ingeniera nucleara no soy, pero la vida te da sorpresas.

Alexandra dijo...

Claroscuro,
Y acaban de entrar veinte bomberos
¡Que berracos!

elpibedelbarrio dijo...

Hay escasez de casetes por culpa del tsunami japonés