Contra almirante, almirante, vicealmirante, oficial o almirante en retiro, no he logrado saber el rango de Gabriel Arango Bacci porque con todas estas jerarquías lo han nombrado en la prensa. En todo caso, yo lo llamaré Bacci, que le queda como anillo al dedo.
Pues resulta que los chismes dicen que Bacci le quitó una nena al señor Presidente cuando era ministro de guerra y que por esto, algún lagarto montó contra el almirante pruebas falsas, testimonios mentirosos, huellas simuladas y toda clase de patrañas engañosas para acusarlo de narcotraficante. La Corte Suprema de Justicia lo declaró inocente en todos los cargos, en cambio dijo que el testigo Tovar Neira mintió en el proceso.
Lo absurdo es que la Armada ascendió al mentiroso malandro, mientras que a Bacci ni siquiera lo han querido incorporar al cuerpo.
Yo lo que pido es que le permitan a Bacci ponerse el uniforme. Lo quiero ver con esos vestidos que le quedan tan supremamente divinos. Con su uniforme blanco o con el negro que, me imagino, es el de elegantizar. ¡Eso es mucho churrazo! Con esa pinta que se gasta, este hombre sí que deja por todo lo alto a la Armada Nacional.
Foto www.eluniversal.com
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